Una convención de la ONU sobre los derechos de las personas mayores: es hora de actuar

Por Alejandro Bonilla García, presidente del Comité de ONG sobre Envejecimiento (ONU, Ginebra) y representante ante la ONU de la Federación Internacional sobre el Envejecimiento.
 
 
Gracias a los avances en salud y desarrollo, la juventud actual probablemente vivirá más tiempo y con mejor salud que nunca. Sin embargo, el cambio demográfico hacia poblaciones envejecidas presenta desafíos que deben abordarse con urgencia. Para 2050, la población mundial de 65 años o más se duplicará a 1.600 millones, exponiendo desigualdades y vulnerabilidades sistémicas. Una convención de la ONU es esencial para garantizar la igualdad, la dignidad y la inclusión social de las personas mayores, no solo para la población actual sino también para los jóvenes y niños que serán las personas mayores del mañana.
 
El papel de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH) y el experto independiente
 
La adopción por parte de la Asamblea General de la ONU de la resolución A/RES/78/324 en 2024 fue un hito histórico, marcando la conclusión de las deliberaciones sobre los derechos de las personas mayores por parte del Grupo de Trabajo de Composición Abierta sobre el Envejecimiento. Esta agenda ha pasado a mecanismos con sede en Ginebra, incluido el Consejo de Derechos Humanos, respaldado por la OACDH. Reconociendo la urgencia de este asunto, la OACDH estableció una unidad dedicada a avanzar en los derechos de las personas mayores. Las evaluaciones del experto independiente destacan aún más las brechas y ofrecen recomendaciones accionables. Juntos, estos esfuerzos significan un compromiso global para pasar del diálogo a la implementación, subrayando la importancia de una convención legalmente vinculante.
 
Liderazgo gubernamental
 
Los gobiernos tienen un papel fundamental en transformar la defensa en compromisos accionables. Una convención de la ONU proporcionaría un marco armonizado para abordar el edadismo, garantizar la inclusión de las personas mayores y alinear las políticas a nivel mundial. Al apoyar una convención, los gobiernos demuestran liderazgo en la defensa de los derechos humanos y fomentan la solidaridad intergeneracional. Las personas mayores contribuyen como cuidadores, trabajadores, consumidores, votantes y líderes comunitarios, fortaleciendo las sociedades. Una convención garantizaría que sean visibles, apoyadas y empoderadas, y que la solidaridad intergeneracional sea reconocida y valorada, creando un legado de dignidad e inclusión para las generaciones futuras.
 
Defensa de la Sociedad Civil
 
Las organizaciones de la sociedad civil, incluidas las ONG, están a la vanguardia de la defensa de los derechos de las personas mayores. Sus esfuerzos persistentes combaten el edadismo, promueven la solidaridad intergeneracional y garantizan que las voces de las personas mayores sean escuchadas en la formulación de políticas. A través del compromiso con los Estados y los mecanismos internacionales, la sociedad civil amplifica el llamado a una convención de la ONU, reflejando la determinación colectiva de garantizar la dignidad, la igualdad y la inclusión para todos.
 
El Costo de la inacción
 
No adoptar una convención de la ONU perpetuaría la negligencia sistémica y aumentaría los costos sociales. Sin protecciones unificadas, el edadismo, el abuso y la exclusión persistirán, ampliando las desigualdades. Una convención ofrece una oportunidad para eliminar brechas, mejorar las políticas y asignar recursos de manera más efectiva, garantizando la rendición de cuentas y fomentando la colaboración entre los Estados. En términos económicos, el costo de la inacción es mucho mayor que el costo de la acción, ¡y el beneficio es monumental!
 
Abordar la violencia y la negligencia
 
Las personas mayores enfrentan altos niveles de violencia, abuso y negligencia, a menudo exacerbados por el edadismo. Estos problemas siguen siendo poco reportados y abordados de manera inadecuada, particularmente entre las mujeres mayores y aquellas con discapacidades. Una convención de la ONU establecería estándares claros y mecanismos para prevenir, detectar y abordar instancias de abuso, ya sea físico, emocional o financiero, promoviendo la importancia de la dignidad, la autonomía y la independencia para las personas mayores, al tiempo que garantiza que tengan acceso a la justicia y a sistemas de apoyo.
 
El momento de actuar es ahora
 
Una convención de la ONU sobre los derechos de las personas mayores es esencial para revertir décadas de desatención e inequidad sistémica. Al promover la dignidad, fomentar la inclusión y abordar desafíos como el edadismo y la brecha digital, una convención garantiza un futuro en el que las personas mayores sean reconocidas como protagonistas y aportantes clave a la sociedad. Este legado de igualdad y respeto beneficiará a todas las generaciones.