Riesgo de las personas mayores No Covid-19

Por el Dr. Marcelo Alvarez, Presidente Honorario de la Fundación SIDOM
 
Las características demográficas y epidemiológicas del Área Metropolitana indican que la población mayor de 80 años, y la de personas mayores de 60 años con morbilidades crónicas avanzadas, constituyen el grupo de mayor riesgo sanitario.
 
Esta población es la más vulnerable a la acción del coronavirus, pero también tiene alto riesgo de padecer enfermedades agudas, subagudas y crónicas que habitualmente se resuelven con estudios diagnóstico y tratamiento en centros de atención ambulatoria.
 
Ya se ha detectado, a partir de manifestaciones de especialistas y centros de diagnóstico y tratamiento, una significativa disminución de la consulta ambulatoria. Se infiere que puede haber falta de controles y tratamientos postergados. La pandemia COVID19 pone de manifiesto la importancia de identificar este colectivo y dirigir acciones públicas específicas para apoyar la resolución oportuna y adecuada de sus necesidades sociales y sanitarias.
 
La experiencia internacional recolectada muestra algunos datos ilustrativos. Según informa el diario  L’Eco di Bergamo,  a partir de un relevamiento de datos de 82 localidades de la provincia de Bérgamo, una de las más azotadas por la pandemia en Italia, se registraron en marzo pasado 2.420 muertes más que en marzo de 2019. Sin embargo, sólo 1.140, menos de la mitad, se atribuyeron a Covid-19. "Los datos son la punta del iceberg", dijo a L'Eco Giorgio Gori, el alcalde de la capital de Bérgamo. Y agregó: "demasiadas víctimas no están incluidas en los informes porque mueren en casa".
 
Cifras comparables se pueden encontrar en toda Europa. En España, el periódico El País publicó los resultados de un estudio realizado por el centro de investigación de salud del Gobierno, que muestra que las muertes "en exceso" en la región de Castilla-La Mancha duplicaron el número atribuido a Covid-19. Jean-Marc Manach, un reportero francés, ha encontrado una disparidad similar en el departamento de Haut-Rhin (1). 
 
El siguiente cuadro muestra la comparación entre la tasa normal de mortalidad (gris) de determinadas regiones europeas con el número de muertes producidas por Covid-19 (rojo) y por otros motivos (naranja) no atribuibles a Covid-19, en un período determinado.
 
 
Fuentes: Claudio Cancelli; Luca Foresti; L'Eco di Bergamo; El País; INSEE; Santé Publique France; Ministero della Salute; Tuttitalia; Ministerio de Sanidad; Datadista; Instituto de Salud Carlos III; Instituto Nacional de Estadística; InTwig. Disponible en: The Economist, 4 de abril 2020
 
En nuestro país, desde la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) se ha advertido que que “los estudios diagnósticos no invasivos son esenciales para estratificar el riesgo y, por lo tanto, indispensables para determinar el momento oportuno de intervenciones (…) En los últimos dos meses han bajado un 60% las admisiones en las instituciones médicas por infartos producidos”. 
 
Por su parte, según una publicación del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, “las consultas totales por emergencias en centros médicos cayeron un 74% en abril de 2020 respecto al mismo período del año anterior”. Se advierte, asimismo, que, teniendo en cuenta que cada año mueren en Argentina 100 mil personas por enfermedades cardio y encefalovasculares, estaríamos en riesgo de tener entre 6 mil y 9 mil muertes más por esta causa en 2020.
 
Si bien a futuro estos datos relativos pueden atenuarse, hoy generan gran preocupación. No debe olvidarse que son las personas mayores, tanto las que residen en la comunidad como las que habitan en establecimientos de larga estadía, las que conforman el universo de máximo riesgo, en épocas de pandemia así como en condiciones normales.
 
Es necesario poner énfasis en la necesidad de detectar el riesgo socio-sanitario de este sector para ofrecer un servicio centrado en las personas mayores, que coordine e integre efectores diversos con el fin de promover la asistencia en las necesidades de cuidado y el control de sus afecciones, evitando la desatención, las derivaciones tardías o el abandono de sus diagnósticos y tratamientos. 
 
En esta situación de pandemia, la Fundación SIDOM considera indispensable que la coordinación de las acciones en la emergencia esté en cabeza de las autoridades sanitarias del AMBA, tanto para la atención de la epidemia como para la prevención de los pacientes No Covid-19 más expuestos por las circunstancias.
 
(1) Fuente: The Economist, 4 de abril 2020. Traducción propia.