Maltrato familiar a las personas mayores en el contexto del COVID19.

Por Sandra Hiriart. Prosecretaria Jefe de la Oficina de Violencia Doméstica, Corte Suprema de Justicia de la Nación

 

Sandra Hiriart es Lic. en Psicología (UBA), Magíster en Gestión de Servicios Gerontológicos (Universidad ISALUD),   Especialista en Violencia Familiar (UBA). Prosecretaria Jefe de la Oficina de Violencia Doméstica, Corte Suprema de Justicia de la Nación. Miembro fundadora y actual Vicepresidenta de la Asociación Argentina de Especialistas en Violencia Familiar (ACEVIFA).

Las estimaciones de los malos tratos a las personas mayores, en el interior de su hogar y familia, han sido investigadas y develadas desde hace tiempo. Particularmente organismos internacionales como la OMS, en vista del crecimiento de la población mayor, informan que de 52 investigaciones realizadas en 28 países de diversas regiones, incluidos 12 países de ingresos bajos y medianos, alrededor del 16% de las personas de 60 años o más fueron objeto de alguna forma de maltrato.

Es probable que estos datos se encuentren subestimados, ya que las personas mayores, como todas las víctimas de maltrato, a menudo tienen miedo de notificar las acciones de violencia que padecen, tanto a sus familiares, como a sus amigos o a las autoridades.

El virus que habita en el hogar

Ahora bien, de qué modo ha impactado la actual situación de aislamiento social obligatorio impuesto por cuestiones de cuidado sanitario en la Ciudad de Buenos Aires -la de mayor concentración de población mayor de todo el país- respecto de aquellas personas mayores que padecen malos tratos por parte de su familia.

Debemos inicialmente aportar datos que son de público conocimiento, en relación a las características que adopta la problemática en nuestra Ciudad. En la última década, el 14% de las potenciales personas afectadas de toda la Ciudad, ha accedido a la justicia para solicitar protección para su situación a través de vías formales (1). Esto significa, que ellos mismos se han desplazado hasta organismos públicos para solicitar protección. El número es alto, el riesgo está instalado en casa.

¿Cuál es la prevalencia del vínculo familiar que produce condiciones de avasallamiento sobre los mayores en el presente? Los hijos. Cada año se produce un crecimiento de un 2% de hijos que maltratan a sus padres, superando a cualquier otro vinculo familiar, incluso el conyugal. Sabemos que el universo de mayores de la Ciudad es diverso. Sin embargo, la convivencia de dos generaciones es bastante habitual a causa del regreso de los hijos al hogar parental con motivo de las crisis socioeconómicas, las separaciones y divorcios que deprimen la economía familiar. De este modo la o las personas mayores pasan a ser nuevamente proveedores de techo, dinero, servicios, horas de cuidado de los nietos, en aquellas situaciones de riesgos más leves para su salud física, psicológica y social.

Las situaciones de mayor gravedad se encuentran determinadas por múltiples factores, que responden al orden tanto personal, como familiar y comunitario. La imposición de aislamiento obligatorio se instala en dinámicas en las cuales el contacto con los otros ya se encontraba deteriorado o interrumpido. Sin embargo, refuerza desde el exterior la imposibilidad de solicitar ayuda. El consumo problemático de sustancias tóxicas por parte de los hijos con los cuales conviven, es uno de los componentes que atraviesa la mayor cantidad de situaciones de violencia a las personas mayores en su hogar en cualquier sector social y geografía de la Ciudad que analicemos. No es de extrañar que los hogares se encuentren deteriorados, el mobiliario dañado, y cada vez se cuente con menores recursos económicos, dado que el sostén de la adicción encuentra sustento en el recurso de los padres.

Frente a este escenario, si bien todos entendemos el trabajo sobre una inédita situación de emergencia, que a la vez viene a sumar un riesgo en donde ya existía, creemos que es conveniente y necesario buscar las mejores soluciones posibles en virtud del acceso a justicia y del acompañamiento previo y posterior fundamentales y necesarios para la restitución de derechos de nuestros mayores.

Debemos reflexionar y operar con mucha mayor rapidez, a la hora de planificar acciones inmediatas en un contexto de movilidad y mutación sanitaria que está ocurriendo sobre una de las problemáticas más complejas que atravesamos como sociedad: la violencia hacia el interior de la familia y particularmente hacia nuestros mayores.

 

(1) Datos de la página de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.