COVID-19: ¿Hemos discriminado a los viejos en función a su edad?

Por el Dr. Félix Eduardo Nallim

Médico Geriatra. Máster en Gerontología Social. Ex Becario OPS-OMS Francia y Estado de Israel. Autor del libro “Gerontología y Geriatría: Guía Práctica de Experiencias Cotidianas”. Presidente de la Asociación Gerontológica Argentina-AGA. Presidente de la Caja de Previsión para Profesionales de la Salud de Mendoza. Presidente del XXII Congreso Mundial de Gerontología y Geriatría – IAGG 2022 - Buenos Aires.

 

EL SIGLO XXI ES EL SIGLO DE LOS VIEJOS

 

Todos, en todo el mundo, vamos a vivir más. No podemos garantizar que vayamos a vivir mejor. El mundo está experimentando una transformación demográfica sin precedentes, y de aquí a 2050 el número de personas de más de 60 años aumentará de 600 millones a casi 2000 millones. Se prevé que el porcentaje de personas de 60 años o más se duplique, pasando de un 10 % a 21 %. Ese incremento será mayor y más rápido en los países en desarrollo, donde se prevé que la población de edad se multiplique por cuatro en los próximos 50 años (ONU, Declaración Política Segunda Asamblea Mundial sobre Envejecimiento 2002).

 

El grupo de personas de edad que crece más rápidamente es el de los más ancianos, es decir, los que tienen 80 años de edad o más. En el año 2000 seremos 70 millones y se proyecta que en los próximos 50 años esa cifra aumentará más de cinco veces (ONU, Plan de Acción Internacional de Madrid 2002).

 

En la mayoría de los países aumentará la proporción de personas mayores. En 2017, una de cada ocho personas tenía 60 años de edad o más, mientras que en 2030 será una de cada seis personas. Y en 2050 una de cada cinco.

 

Hoy los países en desarrollo deben adaptarse al envejecimiento de la población mucho más rápidamente que un gran número de países desarrollados, a pesar que sus niveles de ingresos nacionales, y sus infraestructuras y capacidades sanitarias y de bienestar social, son a menudo considerablemente inferiores a los de otros países que se desarrollaron mucho antes.

 

Las mujeres suelen vivir más que los hombres. En 2017 las mujeres representaban el 54% de la población mundial de 60 años o más, y el 61% de la población de 80 años o más. Entre 2020 y 2025 la esperanza de vida de las mujeres al nacer será tres años mayor que la de los hombres (Fuente: Decade of Healthy Ageing 2020-2030).

 

Por los distintos censos nacionales de 1970, 1980, 1991, 2001, y 2010 se puede apreciar un crecimiento del envejecimiento en ambos géneros, pero con una fuerte asimetría a favor de las mujeres.

 

En América Latina el número de personas mayores (60 años y más) superará por primera vez al de niños (menores de 15 años) en el año 2036. En 1950 la población menor de 15 años representaba un 40 % y en el 2100 solo representará un 15 % (Datos brindados por CEPAL 2013).

 

LA VEJEZ ES, AL PARECER, UN CONCEPTO RELATIVO

 

Edad cronológica

 

  • Es la que determina la vejez. Entre dos individuos que tengan la misma edad de calendario, no se dan las mismas condiciones físicas.

 

  • La edad cronológica tiene un valor social y/o legal.

 

  • Es una edad administrativa.

 

  • Te obliga a jubilarte, tipo guillotina (si trabajás en relación de dependencia).

 

Edad biológica

 

  • Es un concepto fisiológico.

 

  • El envejecimiento es asincrónico a nivel celular, orgánico, psicológico y social, es heterogéneo.

 

  • No envejecemos igual, ni siquiera nuestros mismos órganos.

 

  • Dirían mis viejos maestros: tenés la edad de tus arterias.

 

      Edad psicológica

 

  • La evolución y la maduración psíquica podría determinar también diferencias entre individuos de la misma edad cronológica.

 

  • Es aquella que cuando me preguntan cuántos años creés tener, digo unos 45 años (es mi edad interna). Es como me siento, pero soy consciente que es un sentimiento interior.

 

Edad social

 

  • Está marcada por las circunstancias económicas, laborales y familiares.
  • Los viejos del siglo XXI no sólo juegan al dominó y bailan tangos. También usan Facebook y se comunican con sus nietos por Skype.
  • La pandemia de COVID-19 impacta de manera más importante a las personas mayores. La tasa de mortalidad es de cerca del 15 por ciento para mayores de 80 años mientras que es de 0 en los menores de 10 años.
  • Desde los primeros casos, se ha dicho que la pandemia ha sido “un problema de los viejos” y se ha promovido una separación de los viejos con los jóvenes.

 

  • Se ha manifestado hasta el cansancio que lo más importante para combatir la pandemia es separar a la gente vieja de la gente joven, y que la combinación más letal es cuando el abuelo abraza al nieto.

 

  • El problema es que detrás de estas medidas también están ideas como que “los viejos ya vivieron su vida”, es tiempo “que den un paso atrás”.

 

Esto se debe porque a la vejez se la equipara con:

 

  1. debilidad,

 

  1. dependencia y

 

  1. poca contribución.

 

Considerar a los viejos como el principal grupo de riesgo ha llevado a que muchos jóvenes se sientan invencibles y piensen que “esta enfermedad no es de ellos”.

 

Además de estas tensiones sociales, se ven otras amenazas como el racionamiento en el tratamiento médico, debido a la falta o escasez de insumos para la salud. Estas acciones son causadas por el racionamiento en los cuidados médicos basados en el criterio de edad y la percepción de que las personas mayores son personas con menor valor y una carga para el sistema de salud.

 

Como ejemplo, sabemos que Suiza ha adoptado un protocolo sobre la hospitalización de enfermos por el coronavirus, para frenar el ingreso de ancianos en las Unidades de Cuidados Intensivos: “Tendrán prioridad quienes tienen la posibilidad de recuperación”. Según asegura “La Stampa”, en este país "tendrán prioridad quienes tienen la posibilidad de recuperación", dejando atrás a los ancianos en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Así, si una UCI está a punto de saturarse, los ancianos mayores de 85 años y los de 75 con enfermedades crónicas podrían quedarse fuera. (https://www.lainformacion.com/asuntos-sociales/suiza-ancianos-uci-saturacion-covid/2818939/)

 

 

    VIEJISMO

 

Denominado “ageism” por BUTLER, o bien, “viejismo” por SALVAREZZA, alude a una serie de creencias, normas y valores que justifican la discriminación de las personas según su edad, cuyas consecuencias son comparables a los prejuicios contra las personas de distinto color, raza o religión, o contra las mujeres en función de su sexo.

 

Se trata de una práctica social compleja, dirigida a “devaluar consciente e inconscientemente el estatus social de la persona a causa de su vejez”.

 

La pandemia ha puesto en evidencia los graves prejuicios a los viejos en todo el mundo, dando lugar a dos actitudes ambivalentes: la cultura del desprecio y el descarte; o bien la de la sobreprotección exagerada en paternalismos absurdos que los infantilizan y silencian. También sucede, cada vez que se refieren a los viejos como “población de riesgo”. Aunque sea cierto, no habilita a asociar vejez con enfermedad.

 

EDADISMO es la discriminación por edad

 

Hace referencia a todos los comportamientos inadecuados y prejuiciosos hacia las personas vinculados a su edad avanzada. El paternalismo, la infantilización de los viejos en distintos ámbitos, la marginación y la invisibilización de las aportaciones de los viejos a la sociedad.

 

  • Me ignoraron debido a mi edad.

 

  • Se dirigieron a mí de forma despectiva, como “abuelo”.

 

  • Me contaron un chiste en el que se burlaban de los viejos.

 

  • Un médico/a o enfermero/a justificó mis dolencias como enfermedades de viejos.

 

TIPOS DE EDADISMO

 

     Edadismo personal

 

  • La discriminación por cuestiones de edad se plasma tanto a nivel personal como institucional.

 

  • Consiste en creencias, actitudes y prejuicios que a la práctica dañan a las personas de más edad. Por ejemplo, la creencia de que los viejos no deberían votar (Edad límite 70 años).

 

   Edadismo institucional

 

Se trata de un tipo de discriminación que está presente materialmente en aspectos objetivos de cómo funciona la sociedad. Por ejemplo, leyes que ponen a los viejos en condición de desempleados, vulnerando sus derechos a seguir trabajando.

 

 

LAS PERSONAS SOMOS SERES SOCIALES

 

  • Vivimos en grupos y dependemos los unos de los otros.

 

  • En cuarentena hemos transformado a las casas de los viejos en cárceles sin rejas.

 

  • La vejez implica que ese individuo sobrevivió múltiples riesgos y factores, por lo que debería ser un orgullo ser viejo.

 

  • No olvidemos que la vejez es el presente de algunos y el futuro de todos.